lunes, 25 de febrero de 2008

El gran cine de terror: Los alaridos silenciosos

La noble tarea de hacernos asustar es, por supuesto, anterior al cine y también a la literatura. Seguramente desde la "noche de los tiempos", padres y abuelos relataban a sus niños cuentos espeluznantes aunque más no fuera para hacerlos ir a dormir (contraproducente si se piensa en las pesadillas, ¿no? Y en esas narraciones figuraba un elemento clave: la oscuridad. Bajo la luz del sol generalmente los monstruos, fantasmas o las cosas que hubiera se diluyen. Pero lo negro, lo oscuro, lo que no puede desentrañarse fácilmente es su elemento. Y cuando el invento de los hermanos Lumiere asombró a las multitudes, el cine de terror, suspenso y misterio entró por la puerta grande a su mente... para no abandonarlas jamás. ¿Quién de ustedes no ha tenido un escalofrío al transitar en medio de la neblina y la oscuridad en un callejón oscuro, alguna vez? Y no me estoy refiriendo a la presencia de simples ladrones sino a ALGO MÁS. Antes del tecnicolor, supercolor y todos los efectos especiales que se puedan imaginar y antes del mismo sonoro existió el cine mudo; y vieron la luz obras como:




El fantasma de la ópera (Phantom of the Opera, Universal, 1925) con Lon Chaney y Mary Philbin, la primera e inmortal versión de la obra de Gastón Leroux. Otras y no tan buenas la seguirían con el correr del tiempo.








  • El hombre que ríe (The man who laughs, Universal, 1928) extraído de un relato de Víctor Hugo, cuyo protagonista está condenado a una siniestra risa eterna, quien también obsesionado por vengarse envía a sus víctimas a las delicias de la "Dama de Hierro" (si no saben qué instrumento de tortura es éste, les sugiero ver esa joya llamada La leyenda del jinete sin cabeza de Tim Burton).



  • El hombre de las mil caras de Tod Browning (MGM, 1927) con Lon Chaney en el papel de un horroroso vampiro que hacía erizar los cabellos de los cinéfilos de entonces mientras que desde Alemania llegaba el aporte de Dr Mabuse (Decla-Bioscop, 1922) dirigido por el maestro Fritz Lang, la primera muda de la serie a la cual seguirían otras tres más, éstas, por supuesto, sonoras. Mabuse es un genio criminal como Fu-Manchú, Moriarty (enemigo de Sherlock Holmes) o el bizarro y siniestro Dr. Phibes que compusiera magistralmente Vincent Price.



  • Anteriormente en 1914 y 1916 Paul Wagener y Albert Neuss hacían cobrar vida a El Golem (Der Golem), una criatura que debía proteger al "pueblo elegido" (el hebreo) pero que por un desgraciado azar terminaba rebelándose contra su creador y destruyendo todo a su paso.



Metrópolis (1926) de Fritz Lang, basada en la clásica novela de Vilers de Isle-Adam donde la ciencia creaba a un androide femenino encargado de llevar a las masas a una devastadora rebelión.

  • Vampire (1931) sugerido por Carmilla, de Sheridan le Fanu, dirigida por Carl Theodor Dreyer, con una secuencia donde la sombra del vampiro que se proyectaba en la pared se apartaba de éste (lo que volvería a repetir Francis Ford Coppola en su ya célebre Drácula).

  • El mago (The magician, MGM, 1925) con Alice Terry y Paul Wagener, que relataba la búsqueda del doctor Haddo, un médico brujo, que al hallar antiquísimos documentos pretendía crear con ellos vida artificial, necesitando el corazón ensangrentado de una doncella para tales menesteres



El gabinete del Doctor Caligari (Das Kabinet des doktor Caligari, 1919) de Robert Wiene con Werner Kraus como el Dr. Caligari y Conrad Veidt como el asesino hipnotizado, brazo ejecutor de los designios de Caligari.

          • El Hechicero (The wizard, Fox, 1927) con Edmund Lowe y Leila Hyams donde otro sabio loco, el Doctor Coriolos usaba los servicios de una monstruosa y simiesca criatura para tomar venganza sobre los que habían hecho ejecutar a su hijo por asesinato, también basada en una novela del prolífico Gastón Leroux.


            El Nosferatu (1922) de Murnau, protagonizado por Max Schreck como un vampiro repulsivo, calvo y orejudo que no tenía nada del atractivo del sangriento conde que luego encarnarían Bela Lugosi o Christopher Lee.

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